La revolución de los selfies.
¿Quién no se ha autorretratado alguna vez? En esto consiste la moda de las autofotos o más conocidas como ‘selfies’.
Si bien es cierto que el autorretrato no es nada nuevo, sí lo es todo lo que gira alrededor de la tendencia selfie. Precisamente de eso se trata este post. Sin profundizar demasiado, mi intención es ofreceros un breve recorrido por las cosas del mundo en el que vivimos que, de alguna manera, se han transformado a consecuencia de este fenómeno social.
Los selfies y nuestra seguridad personal
En ocasiones lo que se pretende transmitir a través de un selfie es algo más que nuestra cara. Pues desgraciadamente cada vez es más frecuente ver como usuarios se juegan la vida y su seguridad personal en busca de la autofoto más espectacular. Hace apenas unas semanas se barajaba un dato cuanto menos sorprendente y es que, en lo que va de año, han muerto más personas por selfies que por ataques de tiburón. Así, preocupados por el aumento de traumatismos y desenlaces fatales, el gobierno ruso llegó a elaborar esta guía para ‘selfiarse’ de forma segura.
Aspectos jurídicos de los selfies
Por supuesto debo referirse también a la visión jurídica de los selfies. Hay que tener en cuenta aspectos como la protección de datos o el derecho a la imagen antes de tomarse una autofoto junto a otra persona. Se le debe pedir permiso para disparar el flash pero también para postearlo en las redes sociales.
Sin embargo, también entran en juego los derechos de propiedad intelectual. ¿Quién no se acuerda de la disputa que hubo por el selfie del mono? Legalmente, ¿quién es su autor? El mono? David Slater, como propietario de la cámara? Wikimedia? Nadie?
Parece que el asunto no quedó en una simple anécdota para el fotógrafo, porque ahora la organización PETA, que vela por el trato ético a los animales, ha pedido a los tribunales estadounidenses que le reconozcan derechos de autor al macaco. Según ellos, el mono tiene derecho a beneficiarse de los ingresos que obtuvo el fotógrafo David Slater por la repercusión social y viral que tuvieron los autorretratos.
(Quería ilustrar este post con el selfie del mono, como uno de los iconos del fenómeno, pero tal y cómo está el patio…)
Los selfies y nuestro perfil psicológico: ¿es posible descubrir la personalidad de los demás a través de sus selfies?
En un estudio que elaboraron investigadores de la Universidad Estatal de Ohio se concluyó que los hombres que publican más selfies en redes sociales tienen rasgos psicopáticos, narcisistas y personalidad antisocial. Además, los que se dedicaban a editar sus fotos presentaban un grado de auto-objetivación, es decir, que se valoran a sí mismos según su apariencia física.
Por otra parte, psicólogos de la Universidad de Birmingham descubrieron que los selfies afectan las relaciones interpersonales porque las personas de nuestro alrededor pueden sentirse en un segundo plano; hacerse selfies genera tensión (la de no saber cuándo será la próxima foto y tener que estar preparados para salir bien) y por tanto, irritabilidad; y porque supone competir entre iguales.
A todo ello, algunos profesionales como el Dr. David Veale, psiquiatra del Hospital de Maudsley (Londres), ya han puesto nombre cuando la tendencia del selfie es patológica: “Transtorno Dismórfico Corporal”.
Llegados a este punto, me reconfortan opiniones como la del psicólogo Jonathan García-Allen cuando dice que “el problema principal no son las nuevas tecnologías, sino el uso patológico de las mismas”. Gracias. Me tranquiliza saber que si hago selfies no significa que sufra un trastorno mental.
Nuevas oportunidades de negocio gracias a los selfies
Las modas también conllevan nuevas oportunidades de negocio y la tendencia selfie es una de ellas. Por un lado, está suponiendo una evolución de la tecnología ya que los fabricantes de smartphones están dando más protagonismo a la cámara frontal que otros componentes (mayor calidad en la imagen, pantallas más grandes, etc.). Pues, saben que tienen que adaptarse a lo que sus usuarios demandan. Y, por otro lado, se han puesto a la venta nuevos gadgets orientados al selfie como, por ejemplo, el palo extensible para hacer selfies o bien, uno que personalmente me ha llamado la atención, que sirve para autorretratarte con tu perro. Se trata de un accesorio en la parte superior de tu smartphone que sujeta una pelota de tenis (para llamar la atención del animal) y así te aseguras de que ría y salga bien.
El sistema financiero no es ajeno a todo esto, y dentro de poco nos dejaran “pagar por la cara” para evitar el fraude bancario. Se están desarrollando software de reconocimiento facial que nos ayudaran a pagar las compras online con un simple selfie y evitar la suplantación de identidad. Por supuesto, este innovador sistema de pago no está exento de polémica.
Los selfies no solamente sirven para demostrar lo bien que está uno, sino también para mostrar lugares que se visitan. De ahí puede derivarse una importante oportunidad de promoción para el turismo de la zona, aprovechando la viralidad de la que se caracterizan las redes sociales.
Campañas de reivindicación con selfies
Meses atrás se hizo popular la campaña del “Ice Bucket Challenge” para la lucha contra la esclerosis, que consistía en echarse un cubo de agua helada encima y subir el vídeo en tus redes. Más de cerca nos toca la campaña de #T de “La Brigada Tuitera” contra las tasas judiciales, que consiste en poner este símbolo en tu avatar de Twitter.
Como no podía ser de otra forma, los selfies también se han convertido en instrumento para reivindicaciones sociales como, por ejemplo, la campaña selfie de jóvenes libanenses contra la violencia.
Y hablando de selfies, reivindicaciones y justicia, se me viene a la mente una iniciativa para los profesionales del Derecho y abierta a todos: sería interesante impulsar una campaña contra el colapso judicial y otras vergüenzas afines. Venga, ¿alguno se anima a compartir su selfie en sala?
Cristina Ribas Casademont
Abogada especialista en Internet y nuevas tecnologías en Ribas Casademont advocats®
@RibasCasademont
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